lunes, 19 de abril de 2010

El sueño de la siderurgia

Duele, pero es mejor enfrenarlo y no seguir construyendo eso que a esta altura ya parece un ídolo monumental,… pero con pies de barro: la siderurgia del Mutún

El asunto está en la Hora H, o sea en el momento crucial de las definiciones. Ayer debían haber resuelto, el gobierno nacional y la Empresa india (no es hindú, porque el hinduismo es una religión, no un gentilicio) Jindal Steel si el contrato de asociación para desarrollar la siderurgia en el Mutún sigue, o se termina.

No es tan simple como parece. La Jindal tenía que hacer, por contrato, unas inversiones concretas. No las hizo. Para garantizar el cumplimiento de ese compromiso contractual se hizo firmar a la Jindal unas boletas de garantía, por 18 millones de dólares.

El gobierno ha ejecutado las boletas. Jindal dice que no las pagará porque a ella también le incumplieron. El litigio está en punto caramelo para los abogados, pero la siderurgia .está en punto amargo para el país.

¿Y quién debe responder por esa situación? El gobierno nacional, por supuesto. Pero también los movimientos cívicos cruceños y portuarios, de Puerto Suárez, que hasta huelgas, paros y bloqueos realizaron para presionar la firma precipitada de ese contrato.

Igualito a lo que sucedió en Tarija, donde las presiones sociales, principalmente de las organizaciones cívicas, manejadas por personajes que ahora son políticos, pero entonces eran “cívicos”, forzaron la firma de contratos del gobierno nacional con la empresa constructora de caminos Quiroz Galvao, que al final no construyó ningún camino, porque subrogó su contrato con la OAS y el camino sigue siendo un incordio.

Esa no es la única similitud. El ministro de minas, José Pimentel, contestó casi lo mismo que su colega de hidrocarburos Fernando Vincenti, cuando se le preguntó qué haríamos si la Repsol no cumple para producir el gas que nos hemos comprometido a venderle a la Argentina mediante contrato que establece duras sanciones por incumplimiento:

- Lo haremos nosotros, con YPFB,

Dijo Vincenti, sin acordarse de que apenas cuatro días antes el mismo Vincenti había dicho que YPFB necesitaba una profunda arquitectura estructural (posiblemente quiso decir reingeniería). Tampoco se acordó, o nunca se enteró, que esa reingeniería de YPFB estaba explícitamente ordenada por El DECRETO SUPREMO N0 28701 “HEROES DEL CHACO” firmado en el Palacio de Gobierno de la ciudad de La Paz, al primer día del mes de mayo del año dos mil seis y que literalmente dice:

“En 60 días, a partir de la fecha de promulgación del presente Decreto Supremo y dentro del proceso de refundación de YPEB, se procederá a su reestructuración integral, convirtiéndola en una empresa corporativa, transparente, eficiente y con control social”.

Si finalmente firmamos convenio con la China, para que construya un satélite para Bolivia y aparece el riesgo de que no cumpla, no vaya a salir otro ministro con que “Lo haremos nosotros, en el instituto industrial Pedro domingo Murillo”. Nadie le creerá.

Lo de los Pimenteles y Vincentis es anecdótico, casi cómico. Lo trágico es que el anhelo boliviano de tener siderurgia, como el de tener metalurgia, como el de tener petroquímica, está derrumbándose.

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