lunes, 19 de abril de 2010

El clima se calienta

De lejos, el evento que comienza mañana con el nombre de Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra, es el de mayor trascendencia organizado por Bolivia en los últimos años. Pero será un encuentro donde las preguntas serán muchas y las respuestas –si hay alguna- pocas y poco convincentes.
Alguien se ocupó de publicar algunas de esas preguntas. Por supuesto, hay muchas más y también nosotros tenemos las nuestras.
¿Qué es Cambio Climático? ¿Causas naturales o causas humanas? ¿Qué proponen los "amos del mundo" en las Cumbres Climáticas? ¿Cuáles son las realidades del sistema de Saqueo y la Depredación? ¿Cuál es el problema de fondo? ¿Qué propone Bolivia ante la Cumbre Mundial de los Pueblos? ¿Qué otras propuestas y luchas existen?
Y comencemos con la empresa minera “San Cristóbal” (MSC). Genera ganancias por mil millones de dólares al año y tributa 35 millones. (“La Razón”, 17-03-10). Utiliza 50.000 metros cúbicos de agua por día. MSC está en la casi desértica provincia Nor Lípez de Potosí. Los 35 millones no cubren el costo del agua para uso doméstico en el cercano norte de Chile y mucho menos para uso industrial. Por tanto, la tributación de MSC se reduce a cero, ya que no paga por el agua que utiliza. MSC es uno de los yacimientos de plata, zinc y plomo más grandes del mundo. Comenzó a ser explotado en julio de 2007, en el gobierno de Evo Morales. Es una mina a tajo abierto, es decir se usaron explosivos para abrir boquetes de 1.5 a 2 kilómetros de diámetro y 300 metros de profundidad.
Todo lo anterior lo reveló el ministro de minería José Pimentel. No son calumnias de la oposición. Detrás de eso y la toma reciente de las oficinas que hicieron los mineros, hay muchos nombres célebres, además de la transnacional japonesa Sumitomo, que compró la mina, hasta la del especulador financiero internacional George Soros, que fue el inversionista inicial. No olvidamos al influyente ex ministro Quintana, que estuvo indirectamente vinculado a Soros y por supuesto tampoco a Evo Morales, quien hace apenas un mes, recomendó que “el agua sea parte del derecho humano de los pueblos”.
Y agua es precisamente lo que San Cristóbal usa e inutiliza para consumo humano: 292 millones de metros cúbicos de agua que será lo que demandará la explotación a cielo abierto de esa mina, una de las mayores productoras de plata, zinc y plomo en el mundo.
Podemos seguir: Dejando a Potosí y regresando a Tarija, está palpitante todavía la protesta de guaranies, Weenayeeks y Tapietes, por la contaminación y deterioro ambiental que producen las corporaciones petroleras que operan en sus tierras (las tierras de los indígenas, por supuesto, aunque algunos crean que son de las corporaciones)
Un poco más lejos, y un poco menos caliente, está el reclamo de los Mosetenes y Lecos, también contra empresas petroleras que exploran el norte de La Paz.
Estas situaciones, y muchas más, son inocultables. Justifican tener presencia en esa conferencia que comenzará mañana y como no tenían espacio asignado se inventó la Mesa 18, para debatir conflictos socioambientales al margen de la agenda de las mesas oficiales impulsadas por el gobierno. El gobierno se disgustó, obvio, porque algunas ONG, infaltables, asomaron ya oportunismo neo-filo-indigenista. Pero, al margen de eso los conflictos existen. Eso es inocultable. Con cumbres o sin ellas.

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